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Tuesday, July 27, 2021

CRIOLLISMO Y ALCIDES CARREÑO BLAS

                                   EL BARDO TRUJILLANO :  ALCIDES CARREÑO BLAS.

 

Por: Alfredo Estrada Zavaleta

 

La Guardia Vieja y las letras de contenido social, tendrán un efecto muy protagónico a principios del siglo xx; ello desde la presencia de compositores, más identificados con el arraigo popular y luego con la organización de concursos de música criolla, llevados a una mayor difusión del vals y las expectativas de triunfo en diversos escenarios culturales.

 

Felipe Pinglo Alva, enriquecido por oficios que efectuó y a través de sus valses y polcas, con otros gestores e interpretes; promoverían dichas prácticas artísticas en la Lima de los treintas, mediante singulares estructuras armónicas y timbrìsticas. Algo parecido, fruto de sus experiencias laborales (obrero fabrica de jabones “Landauro”, la curtiembre “Zamarruga”, maestro de obra formado por José Maùrtua) y el espíritu creativo con su hermano Giordano o Paulo; seria del trujillano, Alcides Carreño Blas, bohemio, hijo de un músico de banda, cantor de sectores como: Santa, Pampa del Camal y El Recreo.

 

Llegaria por esos años a la capital, a bordo del vapor chileno “El Paleta” y con mucho éxito, a solicitud de Pinglo y que aparece en una dedicatoria, se constituyo como el primer interprete de El Plebeyo. Sin embargo antes de ello, integro una orquesta o “típica argentina” de tangos, promovida por Teresita Arce, presentándose con vestimenta de gaucho. Con la fama adquirida de solista y dúo, formo parte del elenco musical de las radios: Dusa y Nacional (junto con Filomeno Ormeño y Lucho de La Cuba, entre otros); a su vez, desempeño cargo de Director del Club Cuerdas y Acordeón del Colegio Militar Leoncio Prado La Perla Callao.

 

Denominado “El cholo”, compositor y guitarrista, que produjo numerosas obras del género popular (festejos, agua de nieve, valses, polkas, marineras, tonderos, huaynos y otros). Malabrigo, el triste con fuga de tondero, letra de Cesar Miro; que resalta los atractivos de la playa y el puerto. En Trujillo nació Dios o El currundengo, que muestra la religiosidad citadina, la exquisita comida local y laboriosidad de sus habitantes; que fue compuesto para Haya de La Torre. Quisiera, aquella reflexión de los amores que llegan, se van y dejan mucha tristeza.

 

Un Cholo Universal, dedicado a Cèsar Vallejo Mendoza, vals estrenado por Los Galanes Criollos. Los valses con romanticismo y hermosas letras,  titulados: Caballero de Amistad, Fiesta en Amancaes, Desencanto, Amor inolvidable, Morena, Vano intento, Portadas de mi tierra, Noche andina, Como el rumor del agua, Pobre Madre, Hipocresía, A mi Madre y otras.

 

Se incluyen en esta serie de obras, igualmente: Estigma con letra de José Santos Chocano y estrenada por Jesús Vàsquez. Querubín, la tonada que idealiza a la mujer amada, comparada a un ángel. El festejo La Tomasa. El huayno Urpichallay, con texto de Julio Velarde. Las marineras: El mocherito, Medianoche, China caprichosa, Que buena raza de china, Negro tamborilero y Araña quien te araño. La polcas: Los ojos de mi morena con letra de Fernando Soria Menacho, Lucerito, Alborada con letra de Amparo Baluarte y El taita Lolo, destacando la valia del futbolista Fernández. El agua de nieve: Quimera y Dentrale negra valiente.

 

Carreño, el bardo trujillano de melodías ensoñadoras, que el criollismo de guitarras y voz; nos refiere con metáforas y variados ritmos, las tierras de producción agrícola y la riqueza gastronómicas, cuanto la calidez de sus pobladores en tez cetrina, heredad de los antiguos mochicas y chimúes. Llevan su nombre, como un reconocimiento a su persona: La I.E. nº 80077 del jirón Zela- Barrio Chicago y la Peña Criolla. El Concejo Provincial de Trujillo, de manera póstuma, le concedió Diploma y Medalla de Oro en 1986.

 

Gracias a la difusión criolla, a través de muchos programas radiales y la televisión, la producción discográfica, las redes sociales y las innovaciones en su interpretación vocal e instrumental; la obra de Carreño, se conserva y permanece, como expresión del aporte musical norteño. Los documentos sonoros del pasado, que seguramente, serán reprisados por los nuevos exponentes;  a partir de las que en su momento fueron por: Jesús Vàsquez, Eloìsa Angulo, Esther Granados, El Cholo Berrocal, Pedro Otiniano y Noemi Polo, Lucia de la Cruz, Filomeno Ormeño, Lucho de la Cuba, Teresita Velàsquez, Pedro Vargas, Fedora Cabral, Los Dàvalos, Las Limeñitas, Los Chalanes, Los Embajadores Criollos, José y Félix Valdelomar, Corazón Huaylino, Los Hermanos Zañartu, entre otros.

 

Una variedad de géneros, que podemos escucharlos en el link: https://www.youtube.com/watch?v=veFhSnXOnME. De igual forma, la entrevista concedida a Augusto Polo Campos, el 3 octubre de 1979: https://www.youtube.com/watch?v=MyOLcYHHwKo

Saturday, July 17, 2021

El elixir de los antiguos peruanos

                                                  El elixir de los antiguos peruanos.

 

Por: Alfredo Estrada Zavaleta.

 

Las tierras mochicas y chimues, son espacios de una riqueza cultural, que ofrecen una  informaciòn sobre las formas de vida y las diversas tècnicas, utilizadas en las edificaciones, los objetos de culto y uso cotidiano por los antiguos pobladores. Cualquiera fuera su fin, la decoraciòn y estilo empleado, sugiere la etapa del desarrollo alcanzado o la integraciòn con otras culturas adyacentes del norte peruano; compartiendo asi: Divinidades, leyendas, alimentos y arte.

 

Muchos ceramios por lo cual, tienen distintos motivos de las principales ceremonias ancestrales y las fiestas comunitarias, por grupos de danzantes e interpretes con aeròfonos y percusiòn; reuniones que llevarìan, al consumo de las cosechas y preparados especiales. La cultura mochica, tuvo como lugares preferentes de siembra y cultivo, aquellos ubicados en zonas las urbanas, tal: Huaca Cao Viejo (Chicama) y Luna (Moche); mientras otros del medio rural, asi: Quirihuac y Ciudad de Dios del sector Laredo. Dichas labores eran efectuadas por hombres, niños y jòvenes, a efecto de preservar los conocimientos y las tècnicas agrìcolas adquiridas; relacionadas, principalmente,  del riego y la calidad de los cereales, legumbres, tubèrculos y frutas. Hoy,  apreciamos esa gran variedad de alimentos, como: Maiz, zapallo, pallar, mani, camote, papa, aji, pacae-guaba, algarrobo, lucuma, mamey, chirimoya, guanabana y otros.        

 

Segùn los hallazgos arqueològicos y las tradiciones, que conservan ciertos pueblos mochicas, un producto de larga data es la: Chicha  (cutzhio, cochi o koche); bebida lograda a partir del maiz molido, cocido y fermentado en recipientes de barro, que dispone una muestra del legado històrico y nutritivo, presente en la regiòn. Las Tinajas del Complejo El Brujo, suponen un claro ejemplo de meridiana importancia para la producciòn del citado elìxir.

 

Esta actitud de esfuerzo y dedicaciòn en las actividades productivas, fue heredada por la cultura Chimu; desde el plano agricola con el empleo de wachaques (chacras hundidas), puquios o pukyu (manantial) y abono natural y ademas, el modo de preparaciòn de sus alimentos: Cocidos, tostados y frescos. Dejando huella de su accionar en zonas como: Canal Mochica, Moro Huatape y Santo Domingo (entre Chicama y Moche); durante los festejos y reuniones, la Chicha,  seria un licor esencial y privilegiado de costumbre y socializaciòn.

  

Aunque preparada con otros insumos (chancaca, manì, piña, etc) en otras regiones de   Amèrica; tiene un significado memorable para la historia del Incario y una trascendencia patriòtica ineludible. Inspiracion fijada entre julio y diciembre de 1820 y conferida por obra del mulato y director de bandas, Jose Bernardo Alcedo Retuerto y Jose de La Torre Ugarte; siendo interpretada con expectativa, un 28 julio de 1821 ante el Libertador, Jose de San Martin y Matorras.

 

La canciòn-marcha, esta formada por un coro y nueve estrofas, cuya letra refiere las propiedades del manjar andino, que acompaña los exquisitos platos del chupe, el quesillo y el sebiche; cuanto, su apariencia y sabor, ante otras bebidas del vino y la sidra, que segùn el texto incomodan al opresor. A su vez, expresa una clara reflexiòn sobre la tiranìa y la explotaciòn iberica, en tanto como respuesta, el orgullo y el despertar de los patriotas por la libertad  y la gratitud al heroe divino. El esquema ritmico-melodico de la obra, incorpora varios saltillos y galopas de forma muy dinamica y colorida; bajo la tonalidad de sol mayor, sus consiguientes acordes principales y la sugerente idea con enfasis del compas veintiuno,  por uno mayor del segundo grado.

 

En suma, la Chicha, es un sìmbolo de la creatividad culinaria de los antiguos peruanos, que acompañaba sus  ceremonias y festividades; cuanto, el deleite de los pobladores al brindar por la generosidad de la tierra sembrada con ingenio y la libertad alcanzada, por la fe y convicciòn de los patriotas, señalada por obra del mestizaje, color que apreciamos en esa bebida sagrada y milenaria. Quizàs y de manera paralela, se gesto este espìritu patriòtico; que Josè Bernardo Tagle y Portocarrero; proclamò en la Independencia de Trujillo, un 29 de diciembre de 1820.