Surgimiento del Imperio Romano

EL SURGIMIENTO DEL IMPERIO ROMANO.-

Por: Alfredo Estrada Zavaleta.-

Diferentes fueron las circunstancias previas al surgimiento del Imperio Romano; concebidas generalmente en la estrategia militar y la expansión de este, no de una manera productiva y conciliadora, sino en el enriquecimiento de los patricios y el dominio por los componentes del Senado, merced a intrigas e intereses de algunos y ejercidas por sus testaferros-

La historia registra de esta manera, la descomposición del sistema en los Triunviratos de: Pompeyo, Craso y Julio Cesar (60-43 a.d.C) y Octavio, Marco Antonio y Emilio Lepido, que devinieron en las denominadas guerras civiles y que finalmente en la victoria naval de Accio, permitió a Augusto, con plenos poderes civiles y religiosos conferidos por el Senado, recomponer la estabilidad del Imperio hacia el año 27 a.d.C.-

Esta pugna por el ascenso al poder, se origina a instancia de los serios conflictos el lugarteniente de Julio Cesar: Marco Antonio y las movidas instauradas en el Senado por Casio; desconociendo e ignorando la posibilidad de un sucesor en el legado del “Cesar”, señalado en su sobrino Octavio. De ahí pues, según referencias y testimonios, el largo camino que enfrentó el favorecido, a riesgo de traiciones, tentaciones y muerte; donde en signo de su habilidad y valentía, con el respaldo de la casi olvidada y avasallada Tercera Legión, superó a su adversario tras la muestra de estimulo y coraje en sendas proclamas de contenido social y político.-

Por ello, en síntesis de la serie “El imperio” y sus tres capítulos; se aprecia y valora, la actitud de Augusto en asumir con convicción su responsabilidad y constancia hacia la búsqueda de nuevas formas, en doctrina y principios, mas amplias y reales de representación y la difusión de las artes, que brindaron a Roma el sustento de vital importancia y trascendencia en el tiempo.-

Que ello, nos anime a construir una Nación mas integra y solidaria, que favorezca el establecimiento de mejores condiciones de vida y no sea, el motivo del escenario característico típico en vulgaridades, acomodos y beneficios económicos, que se funden con las campañas de escándalos, destrucción e ignorancia “calificada”.-