LOS ESTILOS DE VIDA ANTES Y HOY.-
Por: Alfredo Estrada Zavaleta.-
A través del tiempo y en diversas latitudes del planeta, la gama de formulismos e intereses reales, han caracterizado a los sectores de la humanidad, anclados en las llamadas sociedades clasistas, otorgando ciertos beneficios merced a distintos factores como: Estirpe, raza, riqueza, entre otros.-
En nuestro continente, especialmente en Estados Unidos y Brasil, se produjeron por cierto grandes movimientos de lucha y reivindicación social, por los mentores de las corrientes abolicionistas de la esclavitud; así lo advertimos, en el conflicto de los nordistas y confederados, que comprendió la Guerra de Secesión (1861-1865), que concluyo en la Unificación del país y la conquista de los derechos de los negros, en la segunda mitad del siglo XIX, tal el objetivo de Abraham Lincold, que defendió inclusive con el sacrificio de su vida, cuanto a través de la ley del 22-9-1862, corroborada posteriormente por la Enmienda Nº 13 de la Constitución de fecha 6 de-12-1865 y concedió derecho de ciudadanía y voto a éstos en 1868. Para el caso de Brasil, ello fue el resultado de las ideas de libertad e igualdad, difundidas y apoyadas por el patriota: José Bonifacio de Andrada y Silva, la rebelión de Benjamín Constant y los generales Fonseca y Peisoto en 1889, en reacción al trafico de esclavos y la dependencia de la Corona; que la historia nos relata con la llegada del ultimo barco de esclavos en 1856 y la abolición en 1880.-
Un sistema retrogrado, definido en la posesión arbitraria de tierras, instaurado por los grandes Señores o Terratenientes y su voraz apetito de riqueza, mediante el cultivo del café y las inhumanas condiciones de alimentación y salud de sus esclavos. La suerte de unos, provista del peculiar capricho, el despilfarro económico, el insulto y las influencias trazadas en prestamos, deudas y compromisos familiares pactados; cuanto la existencia paupérrima y sumida en el dolor de otros, expuesta en los maltratos físicos y sicológicos, privados de la formación elemental y esperanza de regresar a sus lugares de origen, ya tras la nostalgia y el tesoro en memorias y ritos del lejano continente africano.-
Sin embargo, frente a esta situación y librando las traiciones dadas en el seno de sus congeneres y compañeros de faena, dispuestos algunos en mantener un servilismo radical; muchos de ellos aportaron con su fuerza de espíritu y esperanza, concretaron la senda de la independencia y el progreso en sus pueblos y nueva patria, destacando así en los diversos campos del conocimiento y cifrando de esta manera, la posibilidad de conseguir algo propiamente suyo, como también aquella de preservar sus manifestaciones artísticas y enriquecerlas con el tiempo, tal las apreciamos en el mercado mundial y la influencia que ellas refieren a todo nivel, por obra de sus representantes.-
Mas, la pobreza, la desnutrición, la ausencia de expectativas en África, responden a ciertas condiciones que no pueden superar sus habitantes y que hoy con el concurso de organizaciones internacionales, afrontan y revierten para un mejor futuro de las nuevas generaciones; entonces, tal vez el viaje de sus antepasados en barcos y empleados en las plantaciones de café, caña de azúcar y algodón, tuvieron a la postre - ante la tortura y su posterior libertad – un camino y fin diferente si hablamos en forma positiva, pues en América lograron ampliar sus fronteras de vida, concedieron la mezcla de razas y ritmos, que se extienden de sur a norte, en una presencia que marca singulares hitos de reivindicación social y religiosidad, que nos identifica a todos por igual.-
Aunque, con el paso de los años, pese a la campañas de integración y las protestas de reclamo muy comunes en Europa; hoy comprendemos y admitimos una forma de explotación, que fuera de los estilos modernos, se observa en la existencia de una burocracia dorada, del impulso en “ciertos negocios” y de cuantos se erigen como iluminados y luchadores, tras el único proyecto de vivir a costa del sacrificio y desaliento de los ciudadanos, que con frecuencia siempre ven frustradas las posibilidades de creer en los políticos. Somos mestizos y aceptémoslo, por la grandeza de nuestro continente y por el honor de los precursores olvidados.-
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