La imagen personal.
Por: Alfredo
Estrada Zavaleta.
La apariencia y la
indumentaria personal, progresivamente, han cambiado a través de los años, con
la influencia de las diferentes culturas y los usos de la moda en las diversas
épocas; llámese a causa del material utilizado en la confección textil o por
los accesorios que se incorporan a ella, desde aquellos simples objetos de
consumo a los modernos equipos de entretenimiento y comunicación, los cuales
por el excesivo empleo o generalizada dependencia, inclusive impiden percatarnos de algo tan elemental :
caminar con lucidez y lógica.
Hace poco, al dictar
una clase de Historia de la Música Universal del barroco en el Conservatorio;
los alumnos observaban muy sorprendidos, los retratos de Bach y Mozart, luciendo sus imponentes pelucas, una práctica
común de la Francia monárquica y que en la actualidad en algunos foros
continua, como un símbolo de autoridad y de magna presencia en la sociedad. Con
el tiempo, el sombrero y el bastón, significaron otra muestra de la elegancia
en los lares de occidente y de igual manera una forma cabal del respeto y la
deferencia al conciudadano.
En los medios
literarios y artísticos, se adoptó en su oportunidad, la costumbre de fumar en pipa y portar los
relojes de bolsillo; en suma, los conceptos y las premisas indispensables de
inspiración e infatigable tertulia, a suerte de los momentos más propicios en
el comentario de los principales acontecimientos y de factura de las
fascinantes producciones políticas, sociales y románticas.
La Post-guerra y la
efervescencia de los movimientos laborales y económicos, propusieron otra
alternativa del corte popular y urbano; mediante, ciertas formas de vestir más
sencillas y baratas como así mismo los accesorios con representaciones mágicas
o la difusión de la técnica del tatuaje con sus variados estilos y figuras.
Finalmente, existen
otros equipos que forman parte del atuendo del siglo XXI, que al parecer,
mecanizan a la persona y por desgracia le conllevan a padecer una sordera
crónica, que inclusive le impide reaccionar frente a cualquier situación
inesperada. En si la comunicación es importante, pero hay circunstancias en las
cuales se deber establecer y otras tan solo demuestra, una falta sentido común
y hasta de ubicación real en el medio donde se desempeña.
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