LAS
ORGANIZACIONES POLITICAS.
Por: Alfredo
Estrada Zavaleta.
El manejo al nivel de
la primigenia sociedad y luego del Estado, se ofreció en el sinónimo del
interés colectivo y después el individual; quizá por las creencias de una elite
consagrada a dicha actividad o la formación de grupos de avanzada con las
sutiles versiones de la democracia. Existieron los diseños del mando militar y
las beneficiosas ofertas civiles, que se impusieron en los regímenes egipcios,
griegos, romanos y otros pueblos de la antigüedad, a través de sus singulares
muestras de amplio apogeo y vertiginosas decadencia. A su vez, la cerrada
posición de cristianismo y los afanes expansionistas de muchos personajes
durante el medievo; que permitieron un consiguiente intercambio social y la
presencia de centros de comercio y poderío con las emergentes ciudades
europeas. Los hitos ideológicos y la pluralidad cultural, mediante las
revoluciones y la independencia de las colonias americanas y sus pares
asiáticas y africanas; brindaron los nuevos mecanismos de equilibrio mundial,
contrarrestando aquellas alternativas obsoletas de los golpes de Estado y las
negativas fórmulas de la guerra fría, ya sumidas en el recuerdo y que hoy nos
obligan a conservar al planeta en políticas de la ecología y la orientación
financiera globalizada.
En esta práctica, aún
en las monarquías o en las sociedades industrializadas y con el tiempo, los
modelos políticos van perfeccionándose; ya en la guía de los principios
originales o a través del estudio poblacional y publicitario, que sirven a
estos grupos para negociar ciertas propuestas e influir en la participación de,
inicialmente: Las masas o simplemente, asegurar su vigencia en los sectores más
convenientes y efectivos.
Al respecto y en una
perspectiva institucional del siglo xix, Maurice Duverger, cita los partidos por
Cuadros y los de Masas; diferenciados por la naturaleza de su creación y componentes.
En tanto para el siglo xx y en mérito a las circunstancias sociales, Otto
Kirchheimer, sugiere la existencia de
los Multicomprensivos o “Catch all” y los de Cártel; unos más flexibles por la captación
de votos y los otros en garantizar subvenciones a su favor. Seymour Lipset y
Stein Rokkan, señalan un aspecto genérico por la ruptura o las fisuras entre
las instituciones dominantes en la historia; conferidos por: Las creencias, el
medio geográfico, las actividades laborales y las tradiciones.
A pesar de ello y en
nuestra Patria, los partidos surgieron por múltiples concepciones ideológicas
imperantes y reformas de carácter económico y social; llevadas así en las
denominaciones: Civilista, conservador, demócrata cristiano, izquierda, liberal
y otros, producto de la progresiva fragmentación de sus predecesores. Otra
manera de gestación política fueron las llamadas alianzas (electorales o de
gobierno), conformadas por alcanzar una hegemonía en el Congreso o completar
espacios en el Ejecutivo. Sin embargo, se puede observar que el conglomerado
electoral es muy diverso y en ocasiones todo se decide en porcentaje muy ajustado
de intereses y reclamos; por lo demás, la clase política sigue su curso y
pretensiones, sus inversiones e influencia, su protagonismo y la posibilidad de
mejores ingresos para sí y sus ¿gestores?.
Finalmente, tal vez
quedan en el ideal romántico, aquellos emblemáticos locales de discusión
doctrinaria, las melodías del fragor popular y el festivo desfile de la
militancia por las calles y plazas; en la actualidad es diferente porque todo
es una planificada inversión económica y el transfuguismo, parte de esa
proclama: “hoy contigo en el poder”.
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