La evaluación en el aprendizaje de la música.
Alfredo Estrada Zavaleta.
El docente de la especialidad de arte y especialmente de música, tiene que agrupar y clasificar los conocimientos necesarios para concretar su labor en la formación de sus alumnos y debe utilizar las numerosas estrategias y sistemas de evaluación efectiva, que le permitan desarrollar los niveles de destreza y habilidad motora y afectiva, aplicados en la comprensión de los códigos musicales y la subsiguiente expresión interpretativa en obras del repertorio. En las asignaturas de: Apreciación critica del arte moderno, lenguaje musical (teoría y solfeo rítmico, hablado y cantado), historia de la música universal (culturas antiguas al romanticismo) y desarrollo de habilidades de comprensión lectora; considero indispensable, revisar de manera permanente, los resultados entre la programación elaborada en el mes de marzo y las sesiones de clase directa con los alumnos; los cuales en su momento y con interés, se advierten a través de la formulación de preguntas y aportes, que uno debe esclarecer con detalle y mediante los gráficos más ilustrativos.
Teniendo presente esta aseveración, la evaluación entonces, no puede circunscribirse a una aplicación mecánica de pruebas con datos fijos y al simple llenado de registros; sino que se centra en aspectos de continua discusión, una gama de opiniones según la realidad de los alumnos, el efecto en ellos de los recursos analizados y que se modifican en el tiempo, en acción de llegar a los educandos con material muy creativo e innovador. Es si importa que el alumno, se interese por el estudio de los temas base de la asignatura y la investigación de otros contenidos claros, complementarios y relacionados con la materia planteada.
Por tal razón, el proceso de enseñanza aprendizaje de la música, que guía y facilita el docente; exige en sí de la realización de múltiples alternativas y mecanismos de llegada al alumno, con: La lectura de fragmentos melódicos y percutidos, la vivificación de experiencias auditivas, la expresión sensible al apreciar una obra artística, la valoración del proceso evolutivo de la música en la esfera socio-política y la interpretación vocal.
Entonces cada aspecto y detalle de la evaluación formativa y sumativa, en momento y oportunidad; deberá ser ampliado o mejorado, ya en los planos de: Planificación, organización, ejecución y control del proceso, incluyendo los datos más resaltantes en el registro y la elaboración de informes sobre los logros y deficiencias observados durante el nivel de estudio (grado, año o semestre).
Por lo demás y en resumen, la evaluación es un proceso, que guía y orienta al docente en su labor pedagógica y posibilita al educando, brindar sugerentes detalles y propuestas en clase sobre lo programado y aquello, que él le parece conveniente y útil para su formación.
Alfredo Estrada Zavaleta.
El docente de la especialidad de arte y especialmente de música, tiene que agrupar y clasificar los conocimientos necesarios para concretar su labor en la formación de sus alumnos y debe utilizar las numerosas estrategias y sistemas de evaluación efectiva, que le permitan desarrollar los niveles de destreza y habilidad motora y afectiva, aplicados en la comprensión de los códigos musicales y la subsiguiente expresión interpretativa en obras del repertorio. En las asignaturas de: Apreciación critica del arte moderno, lenguaje musical (teoría y solfeo rítmico, hablado y cantado), historia de la música universal (culturas antiguas al romanticismo) y desarrollo de habilidades de comprensión lectora; considero indispensable, revisar de manera permanente, los resultados entre la programación elaborada en el mes de marzo y las sesiones de clase directa con los alumnos; los cuales en su momento y con interés, se advierten a través de la formulación de preguntas y aportes, que uno debe esclarecer con detalle y mediante los gráficos más ilustrativos.
Teniendo presente esta aseveración, la evaluación entonces, no puede circunscribirse a una aplicación mecánica de pruebas con datos fijos y al simple llenado de registros; sino que se centra en aspectos de continua discusión, una gama de opiniones según la realidad de los alumnos, el efecto en ellos de los recursos analizados y que se modifican en el tiempo, en acción de llegar a los educandos con material muy creativo e innovador. Es si importa que el alumno, se interese por el estudio de los temas base de la asignatura y la investigación de otros contenidos claros, complementarios y relacionados con la materia planteada.
Por tal razón, el proceso de enseñanza aprendizaje de la música, que guía y facilita el docente; exige en sí de la realización de múltiples alternativas y mecanismos de llegada al alumno, con: La lectura de fragmentos melódicos y percutidos, la vivificación de experiencias auditivas, la expresión sensible al apreciar una obra artística, la valoración del proceso evolutivo de la música en la esfera socio-política y la interpretación vocal.
Entonces cada aspecto y detalle de la evaluación formativa y sumativa, en momento y oportunidad; deberá ser ampliado o mejorado, ya en los planos de: Planificación, organización, ejecución y control del proceso, incluyendo los datos más resaltantes en el registro y la elaboración de informes sobre los logros y deficiencias observados durante el nivel de estudio (grado, año o semestre).
Por lo demás y en resumen, la evaluación es un proceso, que guía y orienta al docente en su labor pedagógica y posibilita al educando, brindar sugerentes detalles y propuestas en clase sobre lo programado y aquello, que él le parece conveniente y útil para su formación.
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